lunes, 30 de noviembre de 2009

Un mundo de cenicientas...

Al principio empezó como un juego, un curso que se presentaba de forma diferente, que parecía divertido y además que te invitaba a sentirte una princesita por dos días...
Después la elección y preparacion del vestido, la decoración de nuestro zapatito ceniciento, la planificación de las comidas, todo fue algo complicado, pero al final creo que nos salió bien.


Personalmente, de todos los preparativos previos al curso lo que más me gustó (a pesar del tiempo que les llevó a mis pequeñas ratoncitas terminarlo y además que estuviera a tiempo!!!) fue la transformación del vestido...un vestido cuya función era hacerme sentir como una pequeña princesita durante esos dos días, un vestido que rompía completamente como mi Yo habitual, un vestido que me ayudó a soñar y a unirme con mi Cenicienta interior...
Era un vestido con tul blanco, mucho tul, un tul que me ayudaba aún más a viajar hacia un cuento de hadas, un cuento donde yo me sentía protagonista gracias a ese vestido, gracias a mi CENITUL.


La personalización del zapatito consistió en añadirle pequeños
lacitos de papel en color blanco.
No era un zapato elegante pero para mi era muy ceniciento. Era un zapatito
pequeño, que me hacía recordar ese pequeño zapato que llevaba Cenicienta y aunque no era de cristal, para mi era igual de delicado y por suspuesto, muy importante también, ya que para ella, ese zapato era la llave para acceder a esa vida que tanto había esperado...y para mi...la llave para acceder a ese curso que tanta intriga y ganas de comenzar me había generado...